El pasado jueves 20 en nuestro programa Educando bien, con la conducción de María Cristina, se abordó un tema muy especial que nos convoca a muchos de nosotros como padres, que tenemos más de un hijo.

El tema tratado en esta ocasión es “Son tan distintos, cómo criar a hijos con carácter y gustos muy diferentes entre sí, o distintos a mí”. Y para este tema se invitó a la hermana Débora Sáez, Gerente de Administración y Finanzas del Ministerio Armonía, y además, madre de cinco pequeños, de entre 2 a 12 años, quienes estudian en la modalidad “Homeschool”.

La hermana Débora nos habló de su experiencia de amor hacia la maternidad y cómo el Señor le concedió estos cinco hijos, tesoros del Padre Celestial, para educar y guiarlos en sus caminos.

La palabra nos enseña en el Salmo 127: 3 que los hijos son herencia de Él, y cosa de estima el fruto del vientre. El Señor entrega una misión a los padres de guiar e instruir a los hijos. Los padres deben ser un puente para que los hijos conozcan al Señor.

María Cristina comenta que, a lo largo de la crianza, los hijos van creciendo y desarrollando sus propios intereses, con distintas personalidades, gustos y talentos. Y una de las preguntas que surge es ¿Cómo se ve la convivencia entre hermanos con diferentes caracteres y diferentes gustos?, La hermana Débora indica que a pesar  de ser cada uno tan distinto al otro, no sólo en edad sino también en su nivel de tolerancia, de paciencia, de amor que expresan, ella como madre, que también está aprendiendo en el día a día  a lidiar con cada uno de ellos, lo primero que hace es sujetar todas las cosas al Señor. La forma en que ve todas las diferencias en sus hijos, debe ser desde una mirada bíblica.

La hermana Débora menciona un pasaje de la escritura que tiene una organización, tiene a muchos miembros distintos. El Señor, por medio del apóstol Pablo, le enseña a la iglesia en Romanos 12, que debe verse a sí misma primero como un cuerpo, y este cuerpo tiene muchos miembros, unos más débiles, otros más fuertes, pero cada uno debe necesitar del otro y deben amarse mutuamente.

Cuando vemos a nuestros hijos, podemos aplicar esta misma enseñanza, cada uno se necesita desde el más pequeño al más grande. Van a chocar, a veces la convivencia se hará difícil, pero debemos enseñarles a través de las escrituras, cómo es posible convivir con sus diferencias.

No veamos las diferencias de los hijos como algo negativo, sino como algo que los ayudará a crecer y edificarse usando las debilidades y fortalezas de cada uno.

Para la hermana Débora también existe otro versículo de la Biblia que le hace mucho sentido y le ha ayudado mucho, éste se encuentra en el Salmo 144:12 “Sean nuestros hijos como plantas crecidas en su juventud, nuestras hijas como esquinas labradas como las de un palacio;”. Si traemos esto a la mente, vemos que, así como las plantas necesitan de distintos cuidados, así también cada uno de los hijos requerirá de un trato diferente para crecer.

 

Le invitamos a escuchar en su totalidad esta conversación que sin duda traerá bendición a cada uno de los oyentes.

 

 

mañana de edificación

 

conversaciones en armonia 16 horas entre hermanos y pastores