Como ya es habitual, cada martes a partir de las 10 hrs. por las ondas radiales de Armonía y a través de las distintas plataformas digitales, Lucas Guerra y Luís Hidalgo nos llevan a recorrer la historia del cristianismo, programa que tiene como propósito edificar e instruir sobre pasajes de la historia que nos revelan la llegada del Señor Jesucristo a este mundo.

Durante los programas anteriores, los hermanos nos han estado compartiendo la historia de Palestina en los tiempos de Jesús, y ya en la cuarta parte de esta historia, llegamos al Templo.

En esta etapa de la historia, se habla en el contexto del segundo templo. Recordemos que el primer templo fue construido por Salomón. El segundo templo es en el contexto del retorno del exilio, en que retornan, se construyen los muros, construyen el templo, Zorobabel, Esdras, Nehemías y se acaba el Antiguo Testamento. Luego, viene el período Intertestamentario en que el templo está, pero no con toda la magnificencia del primero, pero con Herodes al asumir como rey de Palestina por parte del imperio romano, en el año 20 A.C, él por dejar un legado, hace que este templo sea majestuoso. Este templo duró aproximadamente 82 años en estar terminado, aunque él no lo hace todo ya que fallece alrededor del año 4 A.C, pero luego se continúan las obras. A este templo se le conoce como el templo de Herodes.

Mientras está el Señor Jesús ejerciendo su ministerio, las veces que va a Jerusalén, el templo está siendo construido. Por eso, cuando el Señor Jesús les dice a los judíos que en tres días lo derrumba y vuelve a levantar, ellos le contestan cómo puede decir eso si a costado construirlo 40 años, ¿cómo Él lo levantará en tres días?, no entendiendo que Él se refería a su propio cuerpo.

Cuando se termina de construir es aproximadamente el año 62 o 64 D.C. Luego, no alcanzan a pasar entre 4 a 6 años en que el templo es totalmente destruido a manos de Tito Vespasiano.

Tanto tiempo se ocupó para construirlo para que en unos pocos años más adelante se destruyera. Muchos habrían pensado que Dios avalaba toda esta construcción como “Este es mi templo”, pero no fue así, porque Dios quería que se entendiera que ese no era el verdadero templo, sino que ahora el templo éramos nosotros.

 

Termine de enterarse de todo lo relacionado a este capítulo de la Historia del Cristianismo dedicado a entender la importancia que tenía el Templo en la Palestina de los tiempos de Jesús, en el link que aquí le dejamos.